Ser amable
Tenía hoy años de edad cuando me topé con una entrada en el blog de Federica Russo. En dicha entrada, Russo nos recuerda que en filosofía mucho de lo que se hace (espero que de manera accidental aunque creo que esto es muy optimista) es tratar de probar que los otros están mal.
Russo nos cuenta que en su experiencia ha visto derroches, nada amables, por parte de los críticos. Por mi parte he escuchado que algunos profesores mencionan que con tres preguntas es suficiente para probar que el otro está mal. Incluso he visto de pŕimera mano que llaman al trabajo de otro estudiante “una porquería” sin siquiera ofrecer un argumento.
Leer la entrada de Russo me recordó que la academia es un lugar hostil para neófitos. Creo que para aquellos que sufrimos de algún transtorno de ansiedad y que conocemos cómo pueden llegar a ser los espacioa académicos, resulta particularmente complicado. Si a veces no podemos con los pensamientos intrusivos que nosotros mismos generamos, imaginen con la retroalimentación de nuestros pares.
Creo que las opcionesEsta es una prueba que Russo menciona son valiosas y que seguirlas puede llevar a que los espacios académicos sean menos hostiles. Esto además me recordó a la genial guía que da Dennet para criticar con amabilidad: trata de reconstruír el argumento de quien criticas, has énfasis en los puntos en los que estás de acuerdo, menciona algo que hayas aprendido de aquel a quien quieres criticar. Es sólo cuando se hayan cumplido las tyres anteriores que te puedes permitir criticar a tu colega.
Al igual que Russo, creo que podemos hacer de la academia un lugar mucho menos hostil. La entrada de blog de Russo está aquí