Otra en un año

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Abraham Olivetti — August 17, 2025

Hay muchas cosas que pasan en un año. Llegué a vivir de regreso a Pabellón de
Artega, Aguascalientes un pueblo como a 30 km de Aguascalientes municipio. Pueblo que ostenta la bandera ser el distrito de riego número 1 del país. Es un pueblo que me encanta, en el que nací y crecí durante toda mi vida. En toda mi vida sólo he vivido en otro lugar: la Ciudad de México.

Llegué a vivir a CDMX en el 2019. Viví ahí hasta el 2024. Llegué a vivir a la casa de mi entonces pareja, con quien contraería matrimonio en 2022 y de quien me divorcié en 2024. Cursé la maestría en Filosofía de la Ciencia desde 2019 hasta 2021, de la cuál me gradué con una tesis sobre causalidad y biología evolutiva para luego entrar al Doctorado en Filosofía de la ciencia desde 2021 hasta la semana pasada. Estoy en Pabellón porque me divorcié en 2024 y corrí a vivir a casa de mis padres.

La semana pasada fue mi examen de candidatura. Pasé el condenado examen y ahora me queda un año para entregar la tesis. Además del examen, tuve una propuesta de trabajo. Cuando llegué a Pabellón casi inmediatamente comencé a dar clases en la Universidad Tecnológica el Retoño, en la cual estuve alrededor de 6 meses. He hablado de este lugar en entradas anteriores de este blog. Estar en esa universidad fue una gran experiencia. Hice un par de amigues. Di clases de Sustentabilidad, de Valores y desarrollo humano y de Habilidades escritas. Renuncié a la UTR en marzo de este año.

Hablé de mi renuncia en una entrada anterior. Desde que renuncié a la UTR, he dedicado todos estos meses a escribir mi tesis. Usé el doctorado como pretexto para dedicarme enteramente a la tesis. Resulta que me gusta escribir—quién lo diría.

Fue complicado escribir. Tuve que forzar mucho la escritura. Pero al menos traté todos los días de editar el texto. Leía el documento entero todos los días y editaba el texto en las partes que me parecían poco claras. Lo logré, lo cuál me hace sentir orgulloso.

Algo que logré con menos frecuencia fue agregar nuevo contenido al documento. Digamos que lo logré $1/4$ del tiempo que dediqué a editar el documento. Sé que además de editar todos los días el documento, todos los días leí al menos algo. Desde que renuncié a la UTR, estas son algunas de las cosas que leí: “V de Vendetta” y “Watchmen,” ambas obras de Alan Moore, en las bellas versiones DC Compact, leí “The Looming Tower: Al-Qaeda and the Road to 99/11” de Wright L. Terminé de leer “México, otro capitalismo fallido,” de Valle Baeza y Martinez González G., “Naked Statistics” de Charles Wheelan y “The end of bias: a beginning” de Nodell J. Releí “Not in Our Genes: Biology, Ideology and Human Nature,” hasta el capítulo 6, en la edición de Haymarket Books–las ediciones de Haymarket son muy bonitas y, a mi parecer, relativamente baratas.

Leí hasta la mitad de “The brief and Wondrous Life of Oscar Wao,” de Diaz J., leí hasta el capítulo 9 de “Elements of Mathematics: from Euclid to Gödel” de Stillwell J., leí la primera parte de “Inference and Representation” de Suárez M., leí completo “Zionist Relations with Nazi Germany” de Yahya F.

Leí varios artículos para mi trabajo: “Knowledge: Undefeated justified True Belief,” de Lehrer K. y Paxson T., “What the States of Truthmaker Semantics Could (Not) Be”, de Silva F., “The Practical Bearings of Truth as Correspondence” de Kaspers T., “The Folly of Trying to Define Truth” de Davidson D., leí hasta el capítulo 4 de “Modal Empiricism: Interpreting Science without Scientific Realism,” de Ruyant Q., leí “Causation With a Human Face: Normative Theory and Descriptive Psychology,” de Woodward J., etc.

Sé que muchos de los títulos mencionados anteriormente son lecturas lúdicas, pero no quiero dedicar mi vida de lector a leer sólo por trabajo. Pasé además tiempo con mi hija. Vimos entera la serie de Fullmetal Alchemist: Brotherhood. Con esta serie reímos, nos sorprendimos, lloramos juntas. Fue muy divertido. Fuimos varias veces al tianguis a comprar fruta. Aprendimos a hacer mayonesa. Le enseñe cómo fermentar jarabe de frutas. Cocinamos mucho arroz. Hicimos tarea juntas—hemos mejorado mucho en eso. Le dieron un diploma—estoy muy orgulloso de ella.

Pero la semana pasada fue mi examen de candidatura y así culminé mi último semestre en el doctorado. No puedo usar más mi posgrado como pretexto. Afortunadamente, la semana pasada fue mi examen de candidatura. Un amigo me llamó porque tengo una propuesta de trabajo. El viaje que iba a durar dos días se extendió a cinco.

Estoy en Pabellón de Arteaga. Amo este lugar, mis mejores amigues de toda la vida son de Pabellón. Aquí viví hasta que tuve 25 años, luego fui a la Ciudad de México para hacer mi maestría.

Durante el tiempo que viví allá, conocí personas a las que quiero muchísimo. Durante mi posgrado fue que conformamos un grupo de trabajo. Personas con las que he impartido clase, discutido temas y argumentos filosóficos, creado grupos de estudio y seminarios para mantenernos al tanto de las discusiones contemporáneas, etc.

La semana pasada concluyó mi doctorado. Pasé el examen de candidatura y ahora me queda un año para entregar la tesis. Se suponía que iba a regresar a Pabellón el mismo día que concluyera el examen de candidatura, pero mi viaje se alargó. El viaje se alargó porque recibí una propuesta de trabajo. Que fuera posible estar allá durante el proceso de la entrevista fue gracias a una de mis mejores amigas—y de las personas que más quiero y admiro en este planeta.

En Pabellón están mis mejores amigues, pero en CDMX están las personas de las cuáles me siento parte. Que puedo hablar de mi trabajo: de las clases, los temas y los proyectos a los que nos dedicamos. Dado que tengo una propuesta de trabajo, parece que voy a regresar con elles. Me gusta dar clases, me gusta discutir mi trabajo y me gusta escuchar y discutir el trabajo de otres. De eso se trata. Por ahora sólo puedo decir que me parece increíble: otro gran cambio en tan sólo un año de nuestras vidas.

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